En 1996, la Directiva de Defensa Nacional (DDN) 1/96, por primera vez en un documento oficial establece las prioridades del ejército para los próximos cuatro años. Este documento prevé que se enseñe en las escuelas el papel de los ejércitos y los detalles de las políticas de defensa.
En el año 2000, la DDN, define como un objetivo prioritario la promoción de una Cultura de la Defensa, la sensibilización a favor del papel del ejército
… será necesario afianzar la sintonía entre la sociedad y sus ejércitos sobre la base de un mejor conocimiento de la realidad militar y de las necesidades y responsabilidades de España por lo que afecta su seguridad. ” (Preámbulo de la DDN 1/96)
Y continúa con el artículo 3): “lograr un mayor apoyo social en el dispositivo de defensa”, un objetivo que debe alcanzarse mediante las acciones siguientes: “Se promoverá, a través del sistema educativo general, un conocimiento suficiente de la organización y política de la defensa y de la función de los ejércitos para fomentar así el compromiso de los españoles con las exigencias de nuestra seguridad y defensa ”
Como consecuencia de la DDN s podemos ver una “colección” de manifestaciones belicistas y militaristas instaladas dentro de la cultura y la sociedad de forma “normal, inocua e inevitable” dentro de nuestra democracia plural:
* Salones: Estudia,
Nautico,
Infancia,
Fiesta del cielo
*Visita de militares en los centros de secundaria para explicar en que consiste tener como profesión ser soldado; junto con jornadas de puertas abiertas en los cuarteles militares
* Envío de libros, calendarios, material gráfico y visual de tareas militares y del ejército (medio ambiente, disatres humanitarios, fuerzas de paz)
El papel del ejército en tareas humanitarias, no hace visibles la perpetuación de valores basados en la disciplina jerárquica, en el valor y la utilización de la fuerza y de las armas. Los educadores no quieren permanecer impasibles ante esta utilización de los espacios públicos y educativos donde se trasmiten estos valores y lo que representan.
El militarismo no da respuesta a seguridades necesarias para la sociedad como la ecológica, de población, de trabajo, alimentaria, económica, migratoria, sanitaria, sino que provocan más inseguridad militar.